"EL PLANETA DE LOS ASIMO"
“¡Malditos, lo habéis fastidiado! ¡Malditos, idos al
infierno!”
Charlton Heston en el “Planeta de los Simios” (1968).
Durante décadas, la literatura,
el cine, el teatro y la música se erigieron en profetas. Los artistas, las
mentes más maravillosas de la humanidad, concibieron distopías tan
apocalípticas y complejas como el mundo real. Junto a cada revolución, una
crisis acechó a los miles de millones de pobladores de este viejo planeta.
Nuestro protagonista no conoce su
verdadero nombre, apenas sabe dónde se encuentra exactamente y la tecnología no
es precisamente su aliada. Se hace llamar –por elección propia- Juan Nadie.
Vive en un refugio en las montañas junto a sus compañeros de la denominada
“Columna España14” de la resistencia humana y, tras muchas deliberaciones,
creen vivir en el año 2042.


Juan Nadie prepara en una vieja
cocina de leña el desayuno a sus compañeros de la Columna España 14, y a los
adláteres que les acompañarán esa mañana procedentes de otras columnas cercanas.
El activismo no se puede realizar con el estómago vacío y la caza del día
anterior les servirá para aguantar las duras horas de trabajo. Ensimismado,
Juan Nadie retorna una vez más a un pasado no tan lejano. Tras la gran
revolución digital, se impuso la revolución robótica. Todo el mundo tenía
acceso a los robots y, además, comenzaron a ser asequibles de precio. Existían
robots para casi todo. Unos limpiaban el suelo, otros daban masajes, e incluso
había un robot multifuncional: el ASIMO. Este producto japonés resultó muy
popular debido a que su evolución fue seguida paulatinamente por toda la
humanidad durante décadas. Al final, la empresa HONDA perfeccionó tanto su
robot que casi parecía humano.

